La llegada del periodo estival suele venir acompañada de cambios en nuestra rutina. Tanto si os encontráis en desempleo, como en activo, pero queréis un cambio de proyecto laboral, hay que empezar por organizarse y trabajar de manera proactiva.
Siempre es importante tener claro hacia dónde queremos orientar nuestro objetivo profesional, por complicado que parezca.
El miedo, la preocupación, la sobreinformación y esa extraña sensación de tambaleo y amenaza, han cambiado nuestra manera de ver las cosas y comunicar nuestros sentimientos. En esta situación, trabajar aspectos como la solidaridad, el sentimiento de comunidad, la empatía y el respeto, son claves para trabajar nuestra autoestima en el día a día.
La situación de confinamiento, no deja de ser algo extraordinario, pero ha llegado para ejercer una transformación y marcar un antes y un después en la que era nuestra forma de vida, la rutina, las relaciones sociales, el ámbito laboral y en definitiva, todo lo que marca nuestra supervivencia.
¡Hola a tod@s!
Después de mucho mucho tiempo, vuelvo por aquí con la ilusión de retomar este proyecto que comencé hace un par de añitos y que, por diversas circunstancias, he tenido abandonado estos últimos meses…. 🙁 ¡Os pido mil disculpas!
Han sido meses de mucha carga laboral, cambios, situaciones algo más complicadas y también muchas cosas buenas, como por ejemplo la compra de un pisito con mi chico. Estos días estamos a tope con él, trabajando mucho el tema de la limpieza pero también la decoración y en definitiva, su puesta en marcha 🙂 Leer más…
Una de las habilidades más demandadas por los Departamentos de Recursos Humanos hoy en día y en general en la vida misma es la empatía. Todos podemos presumir que esa habilidad se encuentra dentro de nuestra mochila pero a la hora de la verdad, pocos la aplican. ¿Se trata de una habilidad puramente personal o es un valor característico implícito en una persona?
Las circunstancias que nos rodean
Cuando queremos encontrar a alguien empático, las cosas no son tan sencillas. En un mundo donde prima el preocuparse por uno mismo, saldar deudas personales y sobrevivir de cualquier manera a las circunstancias, la dificultad de encontrar personas que se preocupen por los demás aumenta.
¿Por qué es importante la empatía?
La empatía es una de las habilidades personales más demandadas para mandos intermedios y directivos. No quiere decir que no se aplique al resto de empleados que conforman la organización, pero suele ser una característica esencial si nuestra tarea es tener un equipo de personas a nuestro cargo. ¿Por qué? Porque entender a nuestros empleados es clave para tomar decisiones que ayuden al personal y permitan la consecución de objetivos.
Saliendo del ámbito empresarial, la empatía es una cualidad personal actual, es decir, está presente. Las relaciones humanas están llenas de distintos tipos de circunstancias que nos hacen reaccionar frente a los demás.
Vale que podemos tener un mal día y no ser capaces de ayudar al otro con sus problemas porque por la cabeza nos ronda por otros lares, pero a lo mejor somos nosotros los que mañana necesitamos que nos tiendan una mano o nos presten un hombro para llorar.
Sí, sí, todo aquél que presume que es fuerte y que no necesita a nadie para que le resuelva sus problemas, está muy pero que muy equivocado. En ocasiones, las circunstancias nos sacuden y la cabeza no nos da para pensar y poder aplicar la solución más efectiva.
La confrontación de sentimientos
Seguro que más de una vez os habéis encontrado con esa situación llamada “quiero y no puedo”, intentáis por todos los medios tomar decisiones para calmar las aguas o simplemente mantener relaciones cordiales con tal de no discutir. Probablemente también habréis intentado “poneros en los zapatos del otro” y ha sido una guerra perdida… Querer sentir que puedes cambiar tu forma de ver las cosas y rendirte porque no te sientes capaz. ¿Por qué no volverlo a intentar?
Llámalo beneficio, lo es
Conseguir ser una persona empática no es tarea fácil, pero tampoco es lo más complicado del mundo. Ser capaz de tenerse paciencia a uno mismo y también a la otra persona que tienes al lado, por muy difícil que te parezca. Seguro que leyendo este artículo se te viene a la cabeza esa persona con la que eres incapaz de cuadrar, de ser empático por muchas ganas que le pongas… No te rindas, es posible.
¿Qué ocurre cuando quiero aplicar la empatía y la respuesta que recibo es negativa? Cuando intentamos mejorar y potenciar nuestras habilidades, en ocasiones nos encontramos con piedras que no nos ayudan en la consecución del objetivo marcado y es ahí cuando decidimos abandonar la trayectoria aunque las cosas se estén haciendo bien.
Mientras que recorres el camino de la empatía, aunque los resultados que recibas no sean los que esperas, habrás sido capaz de trabajar la conectividad social, el ser capaces de ver las cosas con objetividad, mejora la comunicación y ayuda en tu propia toma de decisiones incidiendo directamente en tu autoestima, trabajando tu capacidad de autocontrol y tolerancia al fracaso.
Yo quiero ser empático ¿puedo?
Por supuesto que sí. Como comentábamos al inicio, la empatía es una habilidad que se puede desarrollar desde el inicio, tan solo hay que proponérselo. Sucede que, por forma de ser algunas personas tienen esa capacidad y es innato, pero otras necesitan trabajarlo de forma eficiente para conseguir un resultado fructífero. ¿Cómo podemos hacerlo?
Lo primero que debemos hacer es abandonar esa tendencia de juicio final que solemos tener cuando alguien nos cuenta algo que contraria a nuestra forma de pensar. Escuchar atentamente y con interés algo que una persona nos transmite es importante, pese a que nuestra opinión sea diferente, dicen que en la variedad está el gusto ¿no? Para ser empático no debemos quedarnos en la consolación del otro sino en intentar encontrar una solución que pueda ayudar, nunca imponiendo ni haciendo ver que el otro está equivocado. También es importante practicar la tolerancia, puede que esta conversación no se desarrolle de la forma más pacífica del mundo, pero colocarse a la altura de las circunstancias del otro, tampoco te va a ayudar. Fuera el “yoísmo”, el yo lo haría así, yo lo veo así y tú te equivocas.
Cuando las cargas emocionales son tan altas, es muy necesario que el interlocutor cuente con un apoyo, una respuesta o un hombro donde llorar esos problemas que se tienen. Pero eso sí, trabajar la empatía ha de contar con un factor muy importante, que es conocernos a nosotros mismos, saber dónde está nuestro límite y ser capaces de entender circunstancias externas que, pese a que para nosotros parezcan sin importancia, para otros podemos ser la llave de su desbloqueo.
Prueba, practícalo. Ser empático no es difícil, tan solo es cuestión de proponérselo, de trabajar nuestras habilidades y de comprender que la resolución de problemas no solo es importante para nosotros mismos, sino también para ser facilitadores de la vida de los demás.
Cada vez es más frecuente ver que en los procesos de selección se incluye la famosa entrevista por competencias y por ello, desde el punto de vista del candidato, es muy importante conocer cuál es tu perfil competencial.
Las competencias son características subyacentes que tienen las personas y que se encuentran causalmente relacionadas con el desempeño óptimo dentro de un puesto de trabajo. Por tanto, a la hora de realizar un análisis competencial, debemos tener en cuenta las competencias personales y las competencias clave.
¿Cuál es la principal diferencia entre ambas? Las competencias personales son aquellas que un candidato posee de forma innata. Cierto es que a lo largo de la vida, toda competencia se va trabajando y así llegamos a las competencias clave, que son aquellas que caracterizan a los mejores trabajadores por poseerlas y haberlas desarrollado.
¿Cómo puedes aprender a elaborar tu perfil por competencias?
Sencillo, realiza un proceso de observación. Planteado como un ejercicio práctico, coge un papel y un boli y coloca 5 columnas donde analices los siguientes puntos:
Conocimiento: saber.
¿Qué conocimientos tienes que pueden ser una ventaja frente al resto de candidatos en tu sector? ¿Has realizado formación teórica y práctica? Dejamos atrás estudios primarios y obligatorios, es preciso analizar cuáles son tus conocimientos si quieres alcanzar tu objetivo.Habilidades y destrezas. ¿Qué sabes hacer?
¿Qué te diferencia de los demás? Hay que tener en cuenta que determinado tipo de trabajos requieren una especialización necesaria para poderlo llevar a cabo. ¿Sabes enfrentar una situación de estrés? ¿Eres organizado/a en tu día a día?Actitud y flexibilidad. ¿Te afectan los cambios que se producen en el día a día?
¿Eres capaz de adaptarte a situaciones que, pese a que difieran de tus objetivos, son necesarias para afrontar algo? ¿Te enfrentas o eres paciente? Ante situaciones de descontrol, ¿mantienes la calma o te dejas llevar por el alboroto?Lo que está en tu mano.
Si algo escapa de tu alcance, ¿pides ayuda para lograr tu meta o buscas alternativas diferentes? Si ves un conflicto, pero consideras que no va contigo o no te afecta a la larga, ¿tomas partido o prefieres dejarlo pasar?La motivación
. Ya hemos hablado en otras ocasiones de lo importante que es la motivación para el puesto de trabajo y para afrontar el día a día en general. ¿Haces lo que te gusta? ¿Tomas tu trabajo como una obligación sin disfrutar de ello? ¿Prefieres tomar la iniciativa a la hora de emprender un proyecto o te limitas a aceptar lo que venga?Anteriormente, las personas eran contratadas por sus aptitudes, es decir, por sus competencias profesionales. No quiere decir que actualmente no tenga peso, ya que en la mayoría de las ofertas que encontramos, la experiencia suele ser prácticamente necesaria. Pero es cierto que cada vez es más frecuente encontrar empresas que realizan test psicotécnicos a sus candidatos para analizar sus actitudes y contrastarlo con lo que se ha visto en la entrevista.
El segundo paso en la elaboración de tu perfil competencial es analizar una serie de competencias básicas que todo candidato necesita conocer para saber cuáles son sus áreas de mejora y a lo que más tiempo debe dedicar para la mejora de las competencias.
Hay que tener en cuenta que la importancia de las competencias se mide en relación al puesto de trabajo, por lo que a continuación se hace referencia a aquellas que suelen estar presentes en la mayoría de los puestos de trabajo:
Si realizas un análisis de todas ellas, probablemente encuentres que alguna es más floja que las demás. Para realizar un análisis pormenorizado de cada una de ellas, te propongo que elijas una situación (ficticia o real) donde tengas que poner en práctica cada una de ellas y cómo ves tu reacción frente a ellas.
Estos ejercicios prácticos son muy válidos para que el análisis competencial sea eficiente y permita erradicar esas carencias que, en ocasiones, se ponen de manifiesto y derivan en situaciones incómodas que perjudican a tu día a día.
Espero que estos ejercicios sean útiles para vosotros y que, al ponerlos en práctica, os permita ver de una forma sencilla aquello en lo que podéis mejorar.
Cuando emprendemos un proyecto, ya sea de carácter personal o profesional, la idea es empezar por conocernos nosotros mismos. El concepto de autoconocimiento se entiende como el punto de partida de un proceso de mejora personal y tanto a nivel personal como profesional incluyendo el aspecto del aprendizaje como ingrediente básico para que el proceso funcione.
No os voy a explicar qué es el autoconocimiento, porque de ello hay muchísima información que se puede consultar y no quiero resultar repetitiva. Hoy quiero hacer referencia a las herramientas primordiales para trabajar este punto clave de nuestra vida.
A lo largo de nuestra vida, cuando aparecen las situaciones tóxicas, nos enfrentamos a nuestros pensamientos en busca del equilibrio y seguridad mental porque son conceptos que asociamos a la estabilidad y a la serenidad para estar en paz con nosotros mismos.
Muchas veces, generamos estados de angustia, preocupaciones y malos pensamientos que se traducen en malas reacciones contra nosotros o hacia las personas que nos rodean.
Cuando aparece un conflicto, es necesario mediar entre dos o varias partes para volver a la calma y recuperar el control tanto de las emociones, como de las reacciones.