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Formación: una prioridad en la era post-Covid19 II
En el último artículo que publicamos en el Blog hace un par de semanas, hablábamos de la formación como una prioridad para enfrentar el escenario post-Covid19, ya que es muy distinto en todos los sentidos.
Una de las novedades que refleja, es la pérdida del miedo a las tecnologías. Si bien es cierto que en los inicios dejó ver grandes carencias digitales, la realidad es que las empresas se han ido adaptando y han ido remando hacia el horizonte digital.
Aunque la situación actual requiere distanciamiento social, las plataformas digitales se han posicionado como base para acercar a las personas a sus reuniones de carácter social y empresarial, sin abandonar esa necesidad de comunicación y cercanía que requiere el ser humano.
De cara al tema que nos ocupa, que es la formación y sus diferentes modalidades, tenemos que decir que se va a posicionar en el marco digital. La formación presencial no será totalmente descartada, pero sí se va a potenciar un modelo entre lo presencial y online para ofrecer una formación de calidad a sus trabajadores.
A día de hoy, muchos negocios han recibido o están recibiendo una formación online cuyo objetivo principal es conocer las medidas y protocolos a seguir, una vez se produzca la reincorporación a la actividad laboral tras la situación que ha ocasionado la pandemia del Covid-19.
Se trata de una formación adaptada a diferentes tipos de negocios, y pone su foco en distintos sectores, especialmente los más castigados, como puede ser el caso del Turismo y la Restauración.
La formación en el futuro inmediato
La situación que ha provocado la pandemia, ha puesto en los ojos de los empresarios la importancia del desarrollo de las personas que trabajan para una organización. El Teletrabajo dejó de ser un beneficio y una medida de conciliación familiar para convertirse casi en una necesidad para la supervivencia empresarial.
A su vez, las empresas necesitan profesionales con suficiente autonomía y comprometidos para que puedan desarrollar su actividad sin encontrarse físicamente en la empresa.
Empresas y trabajadores necesitan establecer objetivos medibles y concretos y su cumplimiento y resultados tienen que poderse cuantificar y evaluar. Aunque esta medida ya estaba bastante implantada en muchas empresas con las Evaluaciones de Desempeño, hoy en día se necesita más personalización y dar valor a otras características que anteriormente no se tenían en cuenta o no estaban tan presentes.
¿Cuánto vale la formación?
Cuando se busca un tipo de formación, la idea inicial es que tenga el menor coste posible, y si es gratuito mucho mejor. Pero ojo, hay que tener en cuenta que depende la temática que se esté buscando y el tipo de formación también.
No se puede pretender recibir una formación gratuita y que ofrezca las mismas oportunidades o salidas que una formación que tiene un coste más elevado.
A la hora de elegir una formación, tenemos que ser conscientes del campo en el que nos queremos formar, los conocimientos que queremos adquirir y las puertas que necesitamos que se nos abran. No es lo mismo realizar un curso de reciclaje que una formación para poder conseguir un empleo.
La pega es que muchas veces, algo que nos gusta o nos motiva, nos parece demasiado caro y tenemos que deliberar si estamos dispuestos a asumir ese coste y los beneficios que nos puede suponer.
Aprender es necesario, y todo tipo de formación es importante siempre que queramos investigar o profundizar sobre un tema concreto. El ejercicio que hay que realizar es saber qué es lo que estamos buscando e investigar las diferentes opciones que se presentan para evitar arrepentimientos a futuro.
También se ha de tener en cuenta que, aunque una formación sea presencial u online, está contando con una persona que ha preparado los contenidos mediante lectura e investigación, la preparación del material y las presentaciones y el escenario sobre el que se va a desarrollar esta actividad formativa. Todo ello conlleva un gran trabajo que muchas veces no es visible para la persona que recibe esta formación, pero es algo que está ahí y que, por tanto, no puede ser algo gratuito.
Es preciso tener en cuenta que la persona que realiza la formación, no solo debe ser buena transmitiendo el conocimiento, sino que requiere de habilidades de comunicación para conectar con las personas que reciben la formación.
Formación gratuita o de pago ¿qué necesito?
Durante los pasados meses de confinamiento, las redes se llenaron de talleres, vídeos, webinars y formaciones de distintos tipos donde el denominador común era su gratuidad. Fueron momentos difíciles para muchas personas y con esta actividad se intentó acercar la formación a las personas que podían mantenerse conectadas.
Esto abrió la puerta a un mundo que, si bien era conocido, tal vez no estaba lo suficientemente trabajado. Esto trae contenidos en formatos diferentes, soportes digitales nuevos o quizá estuvieran ahí y lo que se les ha otorgado ha sido más voz, transformándolo en nuevas oportunidades y posibilidades.
Aunque han pasado ya varios meses desde que salimos del “confinamiento domiciliario”, aún continúan los debates sobre asistir a clases presenciales u online. Esto supone un enfrentamiento a la hora de compararlo con si las personas pueden asistir a otros lugares como bares, tiendas, parques… Lo cierto es que la necesidad actual es la responsabilidad personal y ciudadana, que muchas veces brilla por su ausencia. Y aunque lo fácil es achacarlo a las personas jóvenes, todos deberíamos cuidar la parcela que nos corresponde para poder salir adelante.
En una época como la actual, catalogada de grandes transformaciones, toda empresa necesita contar con profesionales preparados, con visión a largo plazo y flexibilidad para hacer frente a nuevos escenarios.
Respecto a la formación, sea gratuita o de pago, tiene que ser algo que a la persona le aporte valor, ya no solo a nivel profesional, sino también personal traducido en crecimiento. Por eso, emplear el tiempo suficiente en preguntar, comparar o establecer líneas de no traspaso, no es perder el tiempo, es ganar para elegir con claridad y con visión a largo plazo.
La delgada línea entre la formación presencial y la online
Aunque la pandemia nos ha enseñado que hacer uso del mundo online es positivo y abre muchas puertas, lo presencial no debe quedarse atrás. Hablando de diferentes sectores, quizá los haya que no tengan esa necesidad presencial, pero otros, sin embargo, no pueden salir adelante sin tener algo presencial y tangible para adquirir su conocimiento.
La formación presencial es algo que siempre ha estado ahí, algo con lo que muchísimas personas hemos aprendido, nos hemos comunicado y nos hemos relacionado en grupo. No olvidemos, que trabajar en equipo siempre fue una habilidad muy demandada, y hoy por hoy parece que se ha dejado de lado para dar protagonismo a la autonomía y flexibilidad de la persona de forma individual.
Tal vez nos enfrentamos a un modelo de carácter híbrido, dando voz tanto a lo presencial como a lo digital, entendiendo que un modelo fusionado con ambas características puede sacar lo mejor de cada uno de ellos. El ahorro de tiempos unido a la comunicación entre personas, puede favorecer una formación a futuro, permitiendo el desarrollo de nuevas habilidades.
Para finalizar, existe un amplio abanico de oferta formativa que contempla los cuatro escenarios por separado y en conjunto entre ellas. Trabajaremos un artículo a futuro que recoja ejemplos de distintos tipos de formación, partiendo de la base de que sea algo neutral y no dividido por sectores y teniendo en cuenta también que la oferta formativa cambia por días y la competencia que existe es muy elevada.
¿Qué os ha parecido el artículo? ¿Por qué tipo de formación os decantáis? Espero que os guste y cumpla vuestras expectativas y todo lo que necesitéis, no dudéis en escribirme.
¡Feliz semana!
