Combatiendo situaciones tóxicas

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Combatiendo situaciones tóxicas

A lo largo de nuestra vida, cuando aparecen las situaciones tóxicas, nos enfrentamos a nuestros pensamientos en busca del equilibrio y seguridad mental porque son conceptos que asociamos a la estabilidad y a la serenidad para estar en paz con nosotros mismos.

Muchas veces, generamos estados de angustia, preocupaciones y malos pensamientos que se traducen en malas reacciones contra nosotros o hacia las personas que nos rodean.

Cuando aparece un conflicto, es necesario mediar entre dos o varias partes para volver a la calma y recuperar el control tanto de las emociones, como de las reacciones.

Esto parece muy obvio, pero si la situación no se corta de raíz, puede alargar seriamente un problema. Podemos aplicarlo tanto al entorno laboral como al personal. Cuando hay varios implicados, suele ser una persona la que desencadena una situación de tensión y aviva el mal ambiente.

La clave es identificar el “foco problema” y desde ahí comenzar a tomar decisiones. Lo primero es aislar ese foco y analizar sus pensamientos, qué es lo que genera la negatividad y qué influye en su carácter para que éste sea nocivo.

No se trata de culpabilizar a una persona, sino de buscar cuál es la raíz de este conflicto que genera esas situaciones tóxicas que afectan al día a día.

¿Vives situaciones tóxicas en tu entorno laboral o personal? ¿Cómo puedes hacer para combatirlas?

Una vez detectados los pensamientos y situaciones negativos, existen diversas técnicas que puedes proyectar para mantener la toxicidad lejos de ti. Es muy sencillo.

Cuando te levantes por la mañana, toma un momento para mirarte al espejo y que te guste lo que ves. Tan solo un instante. Tu imagen refleja tu estado de ánimo. Siéntete capaz de todo lo que te propongas y sonríe. La sonrisa genera endorfinas que ayudan a afrontar el día con positividad.

Respira profundamente, así fluirá la sangre y el oxígeno a través de tus sistemas circulatorio y respiratorio y ayudarás a tus emociones.

Aíslate de las preocupaciones, aunque estén ahí, no dejes que se conviertan en las protagonistas de tu día. Ofrécete una oportunidad, y si lo necesitas, otra más. Utiliza tu energía para afrontar aquello que te distrae o te preocupa.

Aunque vivas situaciones tóxicas, que generen conflictos o que no ayuden al día a día, aprende que eres dueño de ti mismo, que en ti está la clave para poner fin a aquello que te preocupa o tuerce tu día.

protagonista de las historias que tú quieras, no bloquees tus sentimientos ni tus emociones, establece tus prioridades y cuando te sientas capaz, enfrenta aquello que te preocupe.

Los conflictos generalmente se generan por intereses, falta de reciprocidad, injusticias y todas aquellas circunstancias con las que no estamos de acuerdo o consideramos que son ataques hacia nuestra persona.

Mantener la mente abierta, identificar oportunidades y pensamientos positivos ayuda a disipar la toxicidad y las piedras del camino. Empatiza, ponte en el lugar de los demás. Quizá eso te ayude a ver las circunstancias desde otro punto de vista.

La energía es clave para combatir situaciones tóxicas. Rodéate de personas que hagan tus días sencillos, alegres, amplía la capacidad de tu mente, expándete a nivel personal y profesional. Enriquece tu vida con cosas, pequeñas o grandes que hagan que merezca la pena.

Son tus pensamientos los que cambian tu mundo. Tú tienes la clave para que vaya bien o mal, es algo que está en tu mano y que nadie va a hacer por ti. Toma tus decisiones y aísla los conflictos para vivir mejor.

Estos consejos puedes aplicarlos tanto en lo laboral como en lo personal. Hay salida y la llave la tienes tú en tu mano.

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