Nos encontramos en un momento donde la palabra incertidumbre nos acompaña de forma casi diaria y los cambios y la inestabilidad se encuentran a la orden del día.
La incertidumbre aplica a todos los órdenes de la vida, pero atendiendo a la parte laboral que, en este caso, es la que nos compete, nos vamos a centrar en la incertidumbre en el ámbito laboral.
Si nos encontramos trabajando, podremos hacernos preguntas del tipo ¿Qué va a suceder en mi empresa? ¿Puedo perder mi empleo? ¿Qué decisión tengo que tomar si estoy buscando una mejora?
Por el contrario, para las personas que se encuentran buscando empleo de forma activa, las dudas más frecuentes suelen ser: ¿Me llamarán para realizar una entrevista? ¿Voy a encontrar empleo pronto? ¿En qué circunstancias se encuentra mi sector para que pueda acceder a un empleo?
Estas preguntas que nos hacemos, inevitablemente nos llevan a pensar en nuestro presente y futuro inmediato, y muchas veces vienen acompañadas de desesperación y miedo a lo que está por venir, aumentando las dosis de preocupación y a su vez, desmotivación.
Enfrentarse a lo desconocido e ir a tientas puede parecer tenebroso y preocupante, pero si sabemos sacarle partido, puede ser todo un reto en cuanto al autoconocimiento y la gestión de nuestras emociones. Para abordar este tema, es importante saber que la forma en la que gestionamos nuestras vivencias y con ello esas emociones, pueden ser la clave para la consecución de nuestros objetivos.
La circunstancia que vivimos en la actualidad, nos ha hecho aprender a marchas forzadas, a aplicar la gestión del cambio, a nivel personal y profesional y a interiorizarlo como algo relativamente “normal”. A raíz del fin del confinamiento, empezamos a vivir una llamada “nueva normalidad”, donde aprendimos a relacionarnos de forma diferente, a trabajar más desde casa, a hacer cosas distintas, y aunque todavía nos encontramos sumidos en cierta incertidumbre, conseguimos casi aprender a vivir con ello.
¿Cómo me afecta la incertidumbre laboral?
Esta crisis nos ha traído muchos cambios en todos los niveles, personales y profesionales. Nos hemos acostumbrado a vivir en torno a circunstancias cambiantes que muchas veces no podemos modificar ni controlar y eso genera una determinada ansiedad que nos puede afectar negativamente.
Si hablamos del entorno laboral, la incertidumbre se ha convertido en una compañera de camino. Antes de que todo esto sucediera, había ya muchas personas que buscaban empleo activamente, otras se encontraban sumidas en una búsqueda de crecimiento profesional y otras, continuaban formándose para acceder al mercado laboral, entre otras circunstancias.
Por desgracia, esta crisis se ha llevado por delante muchos empleos y ha generado despidos. Cierto es que también ha generado nuevos puestos “en remoto” y los ha mantenido. Pero no debemos olvidar que hay sectores y empleos que no pueden gestionarse de forma online y requieren de presencialidad para seguir adelante.
Todo esto ha generado una serie de circunstancias positivas y negativas, y hemos de tener en cuenta que esa llamada incertidumbre, se da la mano con las expectativas que tengamos a nivel personal y profesional.
Por ejemplo, si nos encontramos buscando empleo de forma activa, y hemos tenido recientemente una entrevista laboral, depende con qué ojos lo veamos. Quiero decir, partiendo de que debemos ser puramente honestos y objetivos, si una entrevista nos ha salido a nuestro parecer bien, no debemos fustigarnos pensando en que, si pasan varios días y no recibimos respuesta, es porque lo hayamos hecho mal.
Es verdad que el tiempo juega en nuestra contra, y si lo añadimos a las preocupaciones diarias que tenemos, puede convertirse en una ansiedad que nos apriete sin tener necesidad. Todo genera un aprendizaje, las experiencias que vivimos, sean positivas o negativas, como regalo nos ofrecen aprender a dominar las situaciones y eso sirve para poder crecer como personas.
¿Cómo puedo gestionar la incertidumbre laboral?
Aunque la sensación de la incertidumbre nos lleve a pensar que es algo puramente negativo, tenemos que abordarlo como un elemento constructivo y base para la consecución de nuestro objetivo en la búsqueda de empleo.
Si lo enfocamos como un elemento de carácter motivador, puede ser un gran aliado para emprender un camino hacia el objetivo que tengamos, teniendo en cuenta las connotaciones negativas que pueda tener.
Esto es que no todas las personas tienen el mismo grado de tolerancia respecto a la incertidumbre, incluso tratándose de una situación igual o similar, porque las circunstancias personales no siempre van a ser las mismas. Hay personas que no toleran bien las esperas o la tensión y eso se traduce en miedos y nerviosismo.
Si algo nos ha enseñado esta circunstancia, es a buscar toda la información posible. Si lo aplicamos a un proceso de selección, cuando realizamos una entrevista, muchas veces nos da miedo preguntar a la empresa por cómo va el proceso de selección. Generalmente suelen ser posiciones que se van a cubrir de manera inmediata y eso genera el querer saber ya y tener una respuesta lo antes posible.
Tenemos que tener en cuenta que no todos los procesos de selección son iguales, ya que, aunque casi siempre se hace sobre una base estándar, dependerá de los candidatos/as que participen en estos procesos, el hecho de adecuarlos a la idea inicial que pueda tener la empresa, el presupuesto, las negociaciones y toda una serie de variables que pueden hacer que se dilate en el tiempo.
Si preguntamos por el proceso, denotará interés, pero no preguntar diariamente para no caer en la vista de la desesperación.
Otra característica, sobre la que nos encontramos muy a favor, es la del feedback. Generalmente tendemos a pensar que, a medida que pasan los días, se trata de un descarte, y nos hacemos esa idea en la cabeza, siendo muchas veces, por desgracia, una realidad.
En los procesos de selección, muchas veces por falta de tiempo, l@s candidat@s no reciben una respuesta y eso aviva la incertidumbre, llevando a pensar que no estamos lo suficientemente cualificados, que han seleccionado a otra persona o que el puesto de trabajo finalmente no se va a cubrir.
Contar con ese feedback puede ayudar a combatir esa incertidumbre, a aprender de los errores que hayamos podido cometer y a generar más oportunidades para nosotros mismos. Muchas veces caemos en el error de quedarnos anclados esperando una respuesta y la realidad es que el tiempo pasa y nosotros tenemos que vencer a esa incertidumbre abriéndonos caminos.
Como me parece un tema muy interesante, y no quiero que este post sea excesivamente largo, en el próximo haremos referencia a las variables más útiles en cuanto a la gestión de la incertidumbre.
Espero que sea un tema de vuestro interés y que todo lo que queráis aportar, bienvenido es siempre.
¡Que paséis una feliz semana!
1 comentario hasta ahora
Puri SuárezPublicado en 1:46 pm - Mar 5, 2021
La incertidumbre como elemento de reflexión en estos tiempos es cierto que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, salud, relaciones personales… pero si además, nos afecta el desempleo, circunstancia que no depende de nuestra voluntad solucionar, podemos llegar a encontramos en una situación de desánimo y bloqueo emocional que nos impida avanzar. Como se apunta en el articulo, nuestra actitud debe ser activa, las actitudes pasivas nos detienen, Si la respuesta no llega o es negativa, no nos detengamos, sigamos explorando. Hay estudios sociológicos que dicen que cuando acabe la pandemia habra un resurgir inmediato del consumo, la necesidad de emprender, en definitiva todo lo que esta ahora en pausa empezara a moverse. Ya ha ocurrido en otras crisis a lo largo de historia. Esperemos que sea así por que el final de esta está cerca. Sigamos estando en marcha.
Ánimo y adelante.