¡Hola a tod@s! Esta semana hablamos en el blog de objetivos, propósitos y metas para este año. Seguro que cuando acababa 2017 os aventurasteis a hacer una lista de todos aquellos objetivos que queríais conseguir este año. ¿Cómo va esa consecución? ¿Sigue adelante o por el contrario algunos han caído ya por el camino?
Preparar algo y hacerlo con ilusión conlleva mucho esfuerzo, por eso es importante que, a la hora de organizar nuestros propósitos lo hagamos de una forma clara, ordenada y estableciendo prioridades.
Quiero aprovechar la ocasión para recomendaros la lectura de un post de Mercedes Frías, http://www.lanuevarutadelempleo.com/Noticias/has-desechado-ya-tu-lista-de-objetivos-de-ano-nuevo donde una de las cosas que nos propone es la realización de un ejercicio práctico de esos de pensar, escribir e incluso dibujar. No os lo perdáis, merece mucho la pena 🙂
Hablando de propósitos, he de decir que una de las cosas que nos solemos plantear es hacerlo de forma individual… ¡Error! Siempre, siempre, siempre necesitamos de los demás para poder lograr lo que nos propongamos. Por ejemplo, yo esta semana he tenido vacaciones en mi trabajo, y me he organizado en una lista toooooodas las cosas que tenía pendientes por hacer. Evidentemente, no me ha dado tiempo a todo, pero sí a lo que consideraba más prioritario para estos días libres: cambiar el escritorio de mi habitación.
La idea inicial era comprarlo a medida y ponerlo tal cual por las peculiaridades que tiene el cuarto, pero según fue avanzando el día y fuimos dando la vuelta a varias ideas decidimos liarnos la manta a la cabeza y se hizo a medida, pero desde cero, con patas y tablas. Entre mi madre, Javi mi chico y yo dimos forma a nuestra idea y el resultado fue genial. Claro está que yo no soy un hacha con las herramientas, pero me gusta el dibujo y entre los tres conseguimos algo top.
Y diréis, ¿por qué nos cuentas esto? Porque es claro ejemplo de que para conseguir algo, todos necesitamos la ayuda de todos. La simbiosis que podemos realizar es tan grande, que los resultados pueden llegar a ser muy prometedores.
Otra de las características esenciales, es tomarse las cosas con muchísimo positivismo, porque la vida ya de por si es muy complicada, para que nosotros nos la compliquemos otro poquito más.
Tener proyectos, objetivos y metas es necesario para poder trabajar nuestra autoestima y darnos cuenta de que somos capaces de todo aquello que nos propongamos. Es algo sencillo y hay que disfrutar el proceso. Ser capaces de darnos cuenta de que los pequeños pasitos que damos construyen un camino con un objetivo, y que todo lo que vemos a lo largo de este camino se convierte en experiencias. Unas mejores, otras peores, pero siempre es aprendizaje y para ello no hay que desistir de los propósitos.
Volviendo al post de Mercedes Frías, os animo a que dibujéis vuestra lista de objetivos y que analicéis cómo vais a lograrlos a lo largo de este año.
Quiero aprovechar la ocasión para contaros el objetivo de mi amigo Héctor Trinidad, que para este 2018 se ha propuesto conseguir dar una #HectorCharlaTedx y desde aquí os animo a todos los que lo leáis, que se lo enseñéis a vuestros contactos y que a su vez, ellos hagan lo mismo. Os dejo el enlace a su vídeo de YouTube para que conozcáis un poquito más en profundidad su objetivo de este 2018.
¿Qué objetivos tenéis para este 2018? ¿Habéis cumplido ya alguno? ¿Cómo lo hicisteis?
Os deseo una feliz semana.
¡Un abrazo!
El desempleo tiene escalas. Existe propiamente lo que se denomina desempleo regulado y el desempleo de larga duración. Cuando en el último año y medio no se ha trabajado más de seis meses de forma alternativa, consideramos que una persona es parada de larga duración.
Todo desempleo es negativo, la prioridad debe ser toda persona que se encuentre sin empleo y no realizar distinciones entre si es mucho o es poco el tiempo que una persona se encuentra desempleada.
Suele ocurrir que muchas veces un reclutador se puede encontrar que la última experiencia laboral de un candidato es de hace algo más de dos años. Aquí surgen dos vertientes: la primera, descartar al candidato por encontrarse “fuera del mercado laboral”, considerando que esa persona no cuenta con las aptitudes necesarias para optar a un puesto, o, la segunda opción, la de coger el teléfono y preguntar al candidato por su experiencia laboral, ya sea pasada o reciente y tratar de investigar ese parón en su trayectoria.